Estos días en Barcelona y otras grandes ciudades del estado estamos
asistiendo a lo que algunos ya conocen como la Paradoja de Rivera. Se
trata de un efecto propio del márqueting político inspirado en el modelo
estadounidense.
Las calles, las estaciones de metro, de bus, las
farolas, aparecen llenas con la cara de Albert Rivera, candidato de
Ciudadanos SA, como si se tratara del amado líder o algo por el estilo.
Pues bien, Ciudadanos SA se ha gastado millones de euros en esta
campaña electoral para llenar la vía pública con el photoshop de su
líder. Millones de euros que, por supuesto, vienen de préstamos de los
principales bancos y corporaciones del país. Nada de campañas de
crowdfunding buscando la independencia económica y la implicación de la
gente, a pesar de que su lema sea 'Ilusión'.
Con esta estrategia de bombardeo visual esperan que la gente los vote, algo que nos lleva a la Paradoja de Rivera. Es decir, pretenden ganar los votos del pueblo evidenciando que su prioridad en las administraciones será devolver los millones de euros a los bancos, o hacerles unos cuantos favores esperando que les perdonen una parte de la deuda, o cumplir con las condiciones impuestas por los creditores para recibir el financiamiento millonario. Por ejemplo, no combatir los desahucios, no perseguir el fraude fiscal de las grandes corporaciones o no regular el sistema financiero para evitar un nuevo sobreendeudamiento basado en tácticas especulativas. Piden el voto del pueblo utilizando una forma que demuestra que van a gobernar para los bancos. Y lo más sorprendente es que suele funcionar.
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