Bhutan es un país muy interesante. Un pequeño reino budista en la ladera sur del Himalaya, entre India y China. Es un país bastante peculiar porque el propio rey decidió renunciar a su poder absoluto y crear un sistema representativo. Al mismo tiempo que el país adoptó medidas que encontró interesantes del exterior, también quiso mantener las que encontraba buenas de su propia cultura. Y entonces crearon el índice de Felicidad Nacional. Este índice se calcula en base a 9 apartados, de los que solamente 1 hace referencia a bienes materiales (posesión de nevera, lavadora, teléfono, renta per cápita...). Los otros 8 hacen referencia a otros aspectos, como son la salud, la percepción de democracia, la armonía con el medio ambiente, etc.
Con eso pretendo decir que un sistema económico que solamente se base en uno de estos 9 aspectos, será un sistema que difícilmente conseguirá la felicidad de la gente. Será un sistema en el que, como en Corea del Sur, quizás la gente tendrá mucho dinero, pero vivirá estresada, sin tiempo libre, sin algunas libertades fundamentales como la creación de sindicatos, en una sociedad desigual, con problemas de salud debido al estrés y la contaminación, que se traducirán en el ámbito familiar, etc. Además, confundir la felicidad con la opulencia material es un grave error que conduce a la insatisfacción permanente, al consumismo y a la destrucción de los ecosistemas. Por todo eso creo que el sistema de libre mercado capitalista que conocemos es un sistema fallido, ya que no logra la felicidad de la gente. Ojalá fuera tan fácil como decir: libertad y ya está. Ojalá. Pero no es así.
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