Hace
siglos un individuo imaginó un país donde la gente tuviera los mismos derechos
ante la ley, donde no hubiera esclavos, donde toda la gente pudiera escoger a
sus gobernantes. La gente de su alrededor no le hizo caso, porque era un
utópico, sólo decía cosas bonitas pero que no tenían ningún sentido, porque,
¿cómo no iban a haber esclavos? ¿Cómo iban los campesinos a tener los mismos derechos
que el señor feudal? ¿Cómo íbamos a cuestionar el poder absoluto del rey? Al
final a ese individuo lo ahorcaron por "incitación al desorden". Pero
de todos los que había en ese país, es el único que, de algún modo, sigue vivo
hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario